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El e-health se perfila como el próximo gran negocio en Internet. Los gigantes tecnológicos ya incursionan en el campo de la atención médica, entendiendo su crecimiento objetivo: en los últimos meses,  las mayores compañías tecnológicas -Amazon, Apple, Facebook, Google y Microsoft- apuestan ya por iniciativas que les permitan entrar en el mercado de la atención médica.

La sanidad ha comenzado a aprovechar el impulso que le brindan las nuevas tecnologías y la conectividad. Por ejemplo, las compañías de seguros ya hacen fuertes apuestas en marketing interactivo, como se desprende de los datos recogidos en nuestros Informes Sectoriales de Actividad digital para Seguros de Salud. Entramos en una era en la que se comienzan a potenciar los canales asistenciales remotos y, dentro de poco, asistiremos un cambio de paradigma, favorecido por el Internet de las cosas, la inteligencia artificial, la Nube y, por supuesto el Big Data. La oportunidad la pintan calva.

Pero si el Data resultará clave para el desarrollo del e-health no es menos cierto que supone su principal freno: hoy por hoy, el usuario no está dispuesto a airear sus datos sanitarios más allá de la consulta del médico. Una encuesta realizada en Estados Unidos entre los poseedores de un seguro de salud determinó que la mayoría de consumidores no usaría servicios sanitarios ofrecidos por Amazon, a pesar de haber sido señalada previamente como la compañía más confiable -en términos generales- por el 36% de encuestados de esa misma muestra.

e-health

e-health y privacidad

Puede que los usuarios piensen que Amazon, Microsoft o Google son compañías en las que se puede confiar, pero a otro nivel: si hablamos de revelar datos de salud, la mayoría se cierra en banda. Es lógico si tenemos en cuenta que se trata de datos especialmente sensibles, y que -dicho sea de paso- serían un caramelo, por ejemplo, para las aseguradoras. Además, ¿cómo confiar en compañías que han resultado sancionadas reiteradas veces por ceder o vender datos personales de sus usuarios?

Recordemos casos muy recientes: este mismo mes de junio, Facebook se ha visto envuelto en nuevo escándalo de privacidad al descubrirse que, durante 10 años, la compañía había facilitado datos de sus usuarios a cerca de 60 empresas, entre ellas Amazon, Apple y Microsoft. Nótese que se trata de las mismas compañías embarcadas en la carrera por el e-health. Tan sólo tres meses antes, Facebook y WhatsApp eran sancionados por ceder y tratar datos personales sin el consentimiento de los usuarios. Y el pasado mes de noviembre, Google fue multado por la captación de datos personales de ciudadanos procedentes de redes wifi, utilizando para ello sus coches Street View.

Con estos precedentes, -y sumando el miedo que el usuario de a pie tiene a que se vulnere su privacidad en un entorno que le resulta tan incomprensible como inabarcable-, no sería de extrañar que la resistencia fuera fuerte. Los cada vez más elevados grados de conciencia del consumidor sobre la importancia de proteger su privacidad y sus datos, tampoco ayudan.

Queda un largo camino por recorrer. Las grandes compañías tecnológicas se enfrentan ahora a la ardua tarea de reducir la brecha en la confianza digital. Para ello deberán esforzarse en generar confianza en los consumidores y, sobre todo, ser capaces de demostrarles que pueden mantener seguros sus datos de salud digitales. Sólo así podrán sacar el mayor provecho de un área, la del e-health, que se perfila como una de las más lucrativas en los próximos años. Ahora bien, convertida la sanidad en tan apetitoso negocio… ¿seremos los usuarios considerados pacientes o clientes?

Vía: Milled