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En un artículo anterior os hacíamos una introducción sobre las ventajas que ofrecen las plataformas dedicadas al comercio social. En esta ocasión nos centraremos en distinguir entre dos tipos de compras sociales: Social Shopping y Live Shopping, aunque existen subcategorías.

Social Shopping son aquellas redes en las que es necesario un cierto número de personas para que se realice la oferta de un producto o servicio. Estas plataformas están muy centradas en el concepto “social” para asegurar que el descuento se difunde entre amigos y familiares, para que se llegue al número necesario, por ejemplo Groupon y Groupalia.

Live Shopping son aquellas plataformas donde encontramos a los llamados “caza-ofertas”, que muestran una única oferta al día y puede ser un concepto muy útil para eliminar stock del almacén. En este grupo encontramos a Bukingo o Onedayprice, entre otros.

En casi todas, independientemente de su naturaleza, para poder beneficiarse de las ofertas expuestas, los usuarios deben suscribirse con una dirección de correo, lo que les permite recibir diariamente un mail con los descuentos de las empresas anunciadas.

El usuario introduce los datos de pago una vez encuentra una oferta que le gusta, sin embargo, en algunos casos para poder adquirir este descuento es necesario un número mínimo de personas. Incluso, muchas de ellas, muestran en tiempo real el número de personas suscritas a la oferta para promover la compra impulsiva. Una vez alcanzado el cupo marcado por el comerciante de la oferta, el usuario recibe un cupón en su e-mail que canjea en el establecimiento.

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Los productos ofrecidos son muy variados, pero casi todos ellos tienen un punto en común: la “inclusividad” llega a todos. El servicio ofertado representa un capricho para todos los bolsillos (ofertas para el cuidado personal masculino, comida de lujo, depilación láser y viajes increíbles con unos descuentos de escándalo). El modelo de negocio es diario, en realidad el usuario puede comprar hoy, pero no tiene por qué utilizar el servicio mañana, lo cual lo hace aun más tentador.

La denominación de social le viene a estas plataformas del hecho de que la mayoría de las ofertas dependen del factor social para tener éxito, ya que te puedes registrar en ellas con tu cuenta de Facebook o Twitter y  facilitan que el usuario pueda compartir la oferta con sus amigos o seguidores.

Gracias a ello, el consumidor puede saber lo que opinan otras personas sobre el producto, lo que repercute en la decisión de compra, ya que las críticas de otros consumidores son muy relevantes en el proceso de decisión del consumidor, especialmente si provienen de sus coetáneos o de sus contactos más cercanos. Y esto es importante, pues gran parte de los consumidores usan las redes sociales para descubrir nuevas marcas, productos y ofertas a través de sus amigos.

Los buscadores, como Google o Bing, se han hecho eco de esta tendencia y comienzan a incluir en sus resultados de búsqueda los gustos y apetencias de tus contactos. Por ello, las redes sociales son ya parte del SEO. Si te interesa conocer el punto de vista de Kanlli sobre las ventajas o inconvenientes que suponen para las marcas su presencia en estos sites, descarga gratis la píldora El Auge de las Compras Sociales.