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El comercio electrónico nos permite elegir a golpe de ratón los regalos de nuestros familiares y amigos, mostrándonos todo un mundo de suculentas ofertas. Es por ello que las compras sociales se han convertido en nuestra mejor arma de compra. Sin embargo, desde el punto de vista de marketing, ¿es interesante apostar por ellas?

Como expresa el profesor Kevin Keller de la Universidad de North Carolina, “Las compañías no son dueñas de sus marcas. Los consumidores son los que piensan que son los verdaderos dueños de las marcas.”

Para un consumidor cualquier oferta es buena y qué mejor manera de comprar si las encuentra en un solo lugar. Por ello, para los usuarios es un negocio simple pero atractivo, lo que hace que la popularidad de los sitios dedicados a las compras sociales crezca por momentos.

Estos sites animan a la gente a comprar productos a un precio más bajo del habitual, precios que en ocasiones dependen del número de personas que se apuntan a la oferta. Esta característica hace que se necesite de los demás para obtener una determinada oferta o descuento, lo que ha provocado que los propios usuarios involucren a sus amigos y familiares en el proceso de compra.

En cuanto a las empresas, las plataformas de compra social pueden aumentar la presencia de una marca en el mercado, especialmente en el online, y mejorar su reconocimiento de forma masiva utilizando las bases de datos de estas plataformas, sobre todo para aquellas que poseen una escasa fuerza en los canales de distribución convencionales.

Aparecer en estos sites permite a los comercios locales tener una oportunidad con los consumidores, ya que sus anuncios no llegan sólo a la gente que pasaba por delante de su puerta, sino a las miles de personas que se han adscrito a una comunidad y que son propensas a ser seducidas por suculentas ofertas, porque así lo han elegido.

Cualquier empresa puede usar estas plataformas para dar a conocer sus promociones o su marca, incluso grupos de música como Black Eyed Peas han llegado a vender billetes de sus conciertos por Groupalia.

Por tanto, las compras sociales se convierten en “medios de comunicación modelo”, tal y como denomina Eichman de LivingSocial, ya que permiten a las empresas aumentar su reconocimiento de marca, dar a conocer sus productos y cautivar captar nuevos consumidores, objetivos que por otras vías de comunicación hubiesen sido imposibles de conseguir. Es el caso de Groupalia, su consejero delegado,  Joaquín Engel, aseguraba: «el 83% de nuestros usuarios no conocía a las empresas con las que trabajamos y el 63% repetiría si tuviera que pagar el precio completo».

Las plataformas de compra social deben disponer de ofertas atractivas para mantener a los clientes y que sean lo suficientemente diversas para que resulten interesantes a ojos del consumidor, aunque las buenas ofertas por sí solas no son suficientes para construir una gran base de usuarios fieles.

Si estás interesado en el tema, puedes descargar la píldora El Auge de las Compras Sociales, en la que hacemos una valoración de la conveniencia para las marcas de estar presentes en estas plataformas.