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Ya es oficial: Google lanzará el Adblock de Chrome en 2018. Y anunciantes y medios lo celebran, ¿cómo es posible? Lo cierto es que el auge experimentado en la utilización de adbokers tiene, como razón principal, el hastío de muchos usuarios por aquellos formatos que resultan intrusivos y excesivamente molestos para la navegación.

A pesar de la gran variedad de formatos de anuncios creativos, precisas herramientas de segmentación, editores premium y datos de audiencia, la publicidad digital está cada vez peor vista por los usuarios. Y en este contexto nadie gana: los editores pierden ingresos, los anunciantes ven caer el rendimiento y los consumidores se sienten molestos.

Llegados a este punto, se hace necesario dar un giro y velar por la calidad del anuncio y la calidad de la audiencia. En este sentido, la industria se ha centrado en apoyar un enfoque basado en la editorial premium, que priorizan la experiencia de usuario. Así, los anunciantes están cambiando las reglas del juego y se alejan cada vez más de la expectativa del máximo alcance, para centrarse en la compra de medios en sitios con menos difusión, pero que les garantice una audiencia de calidad.

Un cambio en pro de una mayor calidad es una buena noticia, pero no lo es todo. Es importante la intervención de la verificación de terceros para determinar las medidas esenciales de la calidad: visibilidad y medición de audiencias. En este sentido, ayer conocíamos la noticia de que una verificación de auditores terceros han determinado que la viewability de Facebook es inferior al 20%. Como vemos, incluso los soportes más reputados necesitan ser auditados para que terceras partes confirmen si los datos que éstas aportan son verdaderamente ciertos y se está cumpliendo con unos mínimos de calidad a la hora de servir anuncios.

En pro de una mejor experiencia de usuario y, por tanto, evitar que cada vez se recurra más a los bloqueadores de publicidad, Google prepara su Adblock de Chrome, para dar respuesta tanto a las necesidades de los anunciantes como de los editores (y las suyas propias, no olvidemos que Google es el mayor publisher del mundo y que la publicidad supone el 89% de su facturación total). Con Adblock de Chrome, Google toma las riendas del bloqueo de anuncios para quitarse de en medio aquellos formatos de anuncios más intrusivos, como los pop-ups, los anuncios de vídeo de reproducción automática y los anuncios pre-roll con cuenta regresiva. El bloqueo afectará en su totalidad a aquellos sites que utilicen los anuncios intrusivos antes mencionados.

Con la mediación de Google, se prevé que los usuarios no recurran a bloqueadores de terceros -menos selectivos respecto a los anuncios que bloquean- y, de este modo, los anunciantes tendrían más posibilidades de impactar a su audiencia, mientras que -presumiblemente- los editores premium no asistirán a una pérdida de ingresos ocasionada por adblockers que no discriminan entre un tipo de anuncio u otro.

Con la creación de Adblock de Chrome, Google da un nuevo paso en pro de una óptima experiencia de usuario. Se suma así esta iniciativa a otras llevadas a cabo por el buscador, como Web Performance Optimization (WPO) basada en la velocidad de carga o el proyecto Accelerated Mobile Pages (AMP), centrado en un mejor rendimiento de las webs móvil.

Por otra parte, el énfasis en la calidad -tanto de los anuncios como de las audiencias- está promoviendo una serie de mejoras técnicas, así como nuevas iniciativas enfocadas a un mayor control del inventario, como el proyecto Ads.text desarrollado por IAB, un registro público de vendedores de espacios digitales autorizados mediante el cual se quiere aumentar la transparencia en el ecosistema publicitario y dificultando las malas prácticas y la venta de inventario falsificado por parte de algunos actores.

Es obvio que las medidas llevadas a cabo por Google para una mejora de experiencia de usuario -sea WPO, AMP o Adblock de Chrome- están fundamentadas en la necesidad de crear un ecosistema publicitario favorable y cómodo para el usuario, de cara a ofrecer unos resultados de búsqueda óptimos y una experiencia de navegación plena que evite el uso de adblokers. No en vano estamos hablando de su negocio. Lo bueno en el caso de Google es que hace coincidir sus intereses con los del usuario y los de los anunciantes. Por eso sus iniciativas al respecto son siempre bien acogidas.