No existe usabilidad sin usuario, y en él debemos centrarnos a la hora de diseñar una web si lo que deseamos es sacar de ella el máximo rendimiento. Es importante, antes de nada, determinar a qué público nos vamos a dirigir, qué buscan cuando buscan lo que vamos a ofrecerles, cuáles son sus necesidades y qué información necesitan de nosotros.
Salvada esta primera etapa y una vez concebida la web siguiendo preceptos de usabilidad básicos, aún nos queda lo más importante: optimizar nuestra página lo máximo posible para ofrecer una navegación agradable y diferenciarnos de tal modo que los usuarios pasen a convertirse en clientes finales.
Para conocer cuáles son las mejoras que necesita nuestra web es imprescindible realizar una serie de pruebas de navegación de la misma. Más allá de los test presenciales, existen una serie de herramientas de análisis enfocadas a estudiar cómo de usable resulta nuestra página a la hora de ser navegada por nuestro público: Mapas de calor y scroll map, que nos indica qué partes de la página son las más clicadas por los usuarios y hasta qué punto suelen leer; Herramientas de testing, que hacen posible presentar dos o más alternativas de diseño de la misma página para determinar cuál es la que nos ofrece un mayor rendimiento; y herramientas de registro de navegación que graban el comportamiento de los usuarios de modo anónimo.
Una vez que comenzamos un proceso de estudio de usabilidad, son cinco los pasos que debemos dar para asegurarnos de que nuestro análisis va a ser lo más completo posible. Lo primero es observar cómo se comporta el usuario en nuestro site para, después, realizar un test de usuario. Una vez extraídas las primeras conclusiones, y conocedores de qué elementos se pueden mejorar, conviene realizar un testing sobre varias versiones de la misma web para dar paso a una fase de análisis de esos datos.
El quinto y último paso implica realizar de nuevo todo el proceso con cierta continuidad para adaptarnos a los cambios que experimente los usuarios como navegantes y a las nuevas posibilidades que surjan. El usuario está vivo y su modo de navegar evoluciona, y nosotros debemos reinventarnos cada día en función de sus necesidades y preferencias. Él es la razón de ser de la web y, sin él, no hay negocio online.
Si deseas profundizar más en este tema te invitamos a leer el artículo que Gonzalo Ibáñez, CEO de Kanlli, publicó en la revista Harvard Deusto – Marketing y Ventas, titulado «Mejora de la usabilidad web a través de herramientas de análisis» en el que, además, se ofrecen una serie de recomendaciones útiles para crear una web usable.
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